- Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
- Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
- Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.
- Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.
- Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.
- Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.
- Para que nada nos separe, que no nos una nada.
- Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
- En un beso, sabrás todo lo que he callado.
- La risa es el lenguaje del alma.
- Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!
- En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
- Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
- ¿Por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?
- Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?
- Debajo de tu piel vive la luna.
- Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
- Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce.
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